Este incidente sucedido en una remota y aislada región de Brasil es uno de
los casos de la ufología que involucra tamaña cantidad de factores y elementos,
que simplemente lo hacen tan único como escalofriante.
Desde simples avistamientos hasta una oleada; desde la interacción a la que son expuestos los testigos al ser molestados por la invasiva presencia de extraños OVNIs que lanzan rayos y dejan cicatrices a quien se los encuentra, hasta el contacto con sus tripulantes; desde la intervención por parte de los militares, hasta la sospecha de silenciamiento y asesinato de uno de los principales testigos. El caso presenta amplia documentación y una investigación oficial realizada sobre los hechos.
A continuación les presentamos una síntesis del incidente y un video documental que lo ilustra.
Desde simples avistamientos hasta una oleada; desde la interacción a la que son expuestos los testigos al ser molestados por la invasiva presencia de extraños OVNIs que lanzan rayos y dejan cicatrices a quien se los encuentra, hasta el contacto con sus tripulantes; desde la intervención por parte de los militares, hasta la sospecha de silenciamiento y asesinato de uno de los principales testigos. El caso presenta amplia documentación y una investigación oficial realizada sobre los hechos.
A continuación les presentamos una síntesis del incidente y un video documental que lo ilustra.
La oleada
La Isla Colares se encuentra en la desembocadura del Amazonas, en lo que se
conoce como el “delta del Amazonas”, en el estado Brasileño de Pará. Allí, la
cosa se puso verdaderamente fea en el año 1977. Ocurrió que los habitantes
comenzaron a reportar una abundante cantidad de avistamientos OVNI de variados
tipos, luces esféricas, cilindros, platillos, conos, etc.
Pero el asunto no se detuvo allí. En muchos casos los aterrorizados nativos
relataban que los objetos luminosos se aparecían de la nada y les lanzaban una
especie de rayo luminoso, el que de acuerdo a los testigos, les daba la
sensación de que su sangre estaba siendo succionada. De esta manera, las
personas denominaron “chupa-chupa” a este desagradable fenómeno.
Los habitantes reportaban además que eran continuamente fastidiados o
seguidos por estas luces, las cuales no los dejaban tranquilos en ninguna parte,
ni dentro de sus casas, ni en la iglesia del pueblo, que era el lugar al cual
los parroquianos huían creyendo que iban a encontrar seguridad, pero no la
encontraban.
Marcas y Cicatrices
Una de las personas que le tocó vivir la tragedia en carne propia fue la en
aquel entonces joven médica brasileña Wellaide Cecim Carvalho,
quien se dedicó a atender a los numerosos pacientes que llegaban con quemaduras
en su cuello o pecho, principalmente en el cuello. La Dra. Wellaide recuerda
haber atendido a unos 35 o 40 pacientes.
De acuerdo a la médica, los pacientes presentaban sensación de debilidad al
punto que les resultaba difícil caminar. Los pacientes además presentaban
quemaduras con necrosis tan solo minutos después de haber sufrido un ataque por
un OVNI, siendo que la necrosis en quemaduras normales se produce unas 96 horas
después de efectuada la quemadura. Además de las quemaduras, las víctimas
presentan unos pequeños agujerillos en los sectores quemados. Asimismo, los
hemogramas de los pacientes mostraban que éstos tenían una fuerte disminución de
los eritrocitos y hemoglobina, es decir, anemia.
Wellaide también relató un avistamiento que tuvo ella, de un objeto metálico
en forma de cono truncado que se paseó por el centro del pueblo a muy baja
altura un día a eso de las 5 de la tarde. Recuerda además la Dra. Wellaide que
dentro del aparato volador, podía verse un ser pequeño, de una estatura de 1.2 a
1.3 metros.
De acuerdo a la Dra. Wellaide, dos de los pacientes que ella atendió murieron
por causa de estos ataques. La Dra. recuerda que cuando recibió los certificados
de defunción de ambos, estos decían que la causa de muerte era desconocida.
Ambos presentaban quemaduras y agujeros característicos de los ataques OVNI.
Lo que ocurrió después es que la Fuerza Aérea, presionada ante la dramática
situación que se estaba viviendo en Colares, se vio obligada a enviar, dentro de
las actividades de la “Operación Plato” a un grupo de militares a investigar que
estaba sucediendo en Colares y sus alrededores. Sin embargo, los militares
llegaron 90 días después del clímax de la tragedia, cuando Colares ya había sido
abandonado por casi todos sus asustados habitantes.
La Operación Plato
Desde el punto de vista oficial, en mayo del 2004, se realizó una reunión
entre varios generales de alto rango de la Fuerza Aérea Brasileña con varios
ufólogos brasileños liderados por Ademar Gevaerd. Los militares
hicieron entrega de algunos archivos recopilados durante el transcurso de la
“Operación Plato”, para disposición y análisis de los ufólogos. Conforme con los
documentos liberados, en 1977 los militares tomaron fotos de los OVNIs,
entrevistaron a testigos y tuvieron encuentros cercanos, logrando hacer dibujos
de los objetos y de sus trayectorias.
Los objetivos principales de la operación eran:
1) Reunir la mayor cantidad posible de testimonios
sobre la presencia de las luces y objetos avistados que desataron el terror en
la población local.
2) Utilizando la última tecnología disponible en
fotografía y video, registrar a los OVNIs (llamados chupa-chupa) en la
selva.
3) Establecer, de ser posible, un contacto
coordinado con las inteligencias detrás del fenómeno.
El comandante del grupo de estudio era un militar, que de acuerdo con
Gevaerd, era inicialmente escéptico, y pretendía desmitificar el asunto y
explicarlo de manera prosaica. Sin embargo, con el transcurrir de las semanas su
opinión fue cambiando hasta darse cuenta que algo grave estaba ocurriendo en el
lugar. El nombre de este militar era el Coronel Uyrange Hollanda
Lima.
De acuerdo a una entrevista realizada a Hollanda por la Revista de Ufología
Brasileña, los lugareños frecuentemente les disparaban a los OVNIs. En palabras
de Hollanda: “Siempre les decíamos: no les disparen, no les disparen. Una vez,
una fuerte luz había sido apuntada a un carpintero. El hombre tenía unos 50 o 60
años. Tomó su rifle y le disparó al platillo volador. La luz lo rodeó, y el cayó
al suelo, casi paralizado. Durante 15 días el carpintero apenas se pudo mover.
Podía hablar y escuchar pero le resultaba difícil moverse”.
Según Gevaerd, los últimos relatos del coronel consistieron en decir que él,
junto con un compañero, había tenido un fugaz contacto con uno de los
tripulantes de los OVNIs. Según relató, el tripulante bajó del OVNI, y
se puso delante de los dos militares, los miró en silencio a los ojos, y luego
retornó a su nave aérea. Hollanda menciona que cuando hizo el reporte militar
acerca de este contacto con el ser humanoide, la Fuerza Aérea Brasileña, dio por
terminada inmediatamente la Operación Plato, y se guardó los archivos
de la operación (estos sucesos relatados por Hollanda obviamente NO aparecen en
los archivos liberados en el 2004). Al parecer tales declaraciones de Hollanda
le significaron una campaña de descrédito, lo cual no me sorprende demasiado.
Dibujo realizado del Hollanda de el ser que vió. Medía aproximadamente un metro y medio y llevaba un traje que aprecía un astronaut |
De
hecho, la misma Dra. Wellaide relata haber recibido presiones por parte de los
militares: “Fui obligada por la Fuerza Aérea Brasileña a convencer a los lugareños de
que las luces que los atacaban eran alucinaciones colectivas y que lo que ellos
habían visto no había ocurrido nunca”, relata Wellaide. A pesar de todas las
presiones, la Dr. Wellaide no cedió a las presiones de los militares.
Los OVNIs avistados tenían formas variadas. En
este esquema se muestra la apariencia de una nave junto con su
trayectoria. (Más en archivo descargable al pie de este artículo)
Investigadores:
Investigadores:
El incidente fue inicialmente estudiado por el ufólogo y filósofo brasileño DanielRebisso Giese, quien hizo un reporte sobre los incidentes. En 1988, el ufólogo y científico francés Jacques Vallee
viajó a Brasil a investigar las historias de personas que habían sido
heridas por OVNIs y otras historias de la ufología brasileña. Vallee se
entrevistó con varias personas incluida la Dra. Wellaide Carvalho. Sus
conclusiones sobre lo investigado en Brasil fueron que este tipo de
incidentes no eran poco comunes y que merecían un estudio científico.
Otro investigador fuertemente interesado, además del ya mencionado
Gevaerd, fue el norteamericano Bob Pratt.
Conclusiones:
El caso de la Isla Colares parece representar un golpe las hipótesis
“psicosociales”, las cuales usualmente tienden a descartar los relatos
OVNI demasiado extraordinarios, pre-adjudicándoles una contaminación
mediática que, según ellos, distorsionaría los relatos hasta el punto de
hacerlos parecer enigmáticos.
En este caso, es bastante difícil la
ocurrencia de una contaminación mediática en el año 1977 en medio de una
población aislada del mundo occidental, además que la cantidad de
evidencias de daño fisiológico asociado a los testimonios apoyaría los
reportes de avistamientos OVNI en la misma zona y en el mismo periodo de
tiempo. Si a esto sumamos la preocupación militar o gubernamental por
investigar y ocultar los hechos, pues entonces tenemos un caso
formidable que incluye evidencias físicas y múltiples testigos.
Los físicos de partículas, físicos cuánticos, y otros estudiosos de
la física ultra-moderna, usualmente prueban sus hipótesis controvertidas
en condiciones extremas, donde las leyes de la física no son las de la
vida cotidiana, por ejemplo, dentro de grandes aceleradores de
partículas, en donde las partículas son sometidas a choques a altísimas
velocidades, que intentan emular las condiciones extremas existentes en
un agujero negro, o en el principio mismo del universo, el momento
posterior al Big-Bang. Es en estas condiciones extremas, en donde las
hipótesis o teorías controvertidas, son finalmente confirmadas o bien
muerden el polvo.
En el ámbito de la ufología, al parecer, los incidentes de la Isla
Colares son un sector de condiciones extremas, es decir, donde hay un
contexto social de alta pobreza y aislamiento de la sociedad occidental,
en donde además hay una situación límite y reiterativa, es decir muchos
OVNIs causando daño fisiológico a muchas personas, y por otra parte,
intervención militar oficialmente confirmada. Se trata de una situación
ufológica extrema, en donde la hipótesis psicosocial cae
estrepitosamente.
Mi opinión es que la ufología del Amazonas parece apuntar a que la
solución del verdadero enigma OVNI es precisamente la explicación
extraterrestre, descartando otras hipótesis explicativas.
Ver reportage:
fuente/ Mystery Planet
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