Llevamos una semana con el punto de mira fijo en Marte. Desde que a
finales de noviembre del año pasado se lanzara la misión MSL Curiosity,
el enorme Rover que aterrizará en el planeta rojo en la madrugada del
lunes 6 de agosto, los científicos e ingenieros de todo el mundo han
estado pendientes de nuestro planeta vecino. Todo un despliegue sin
precedentes de medios y recursos encaminado a la búsqueda de vida
orgánica en Marte.
Sin embargo, Marte no es, ni mucho menos, el único lugar de interés para
la búsqueda científica de formas de vida (presentes o pasadas) fuera de
nuestro planeta.
Cada vez más los investigadores y bioastrónomos
señalan un pequeño punto junto a Saturno como uno de los lugares más
propicios para buscar vida: Encelado.
A pesar de llevar el nombre de uno de los gigantes de la mitología
griega, Encelado es una pequeña luna de apenas 500 kilómetros de
diámetro que gira alrededor del planeta de los anillos y que encierra
algunos de los misterios más sorprendentes del sistema solar.
Desde que en el año 2004 la sonda Cassini-Huygens llegara al sistema de
lunas perteneciente a Saturno hemos descubierto muchas cosas sobre esta
pequeña bola de nieve situada en el Anillo E de Saturno.
Si analizamos los datos que hemos obtenido durante los últimos años
comprobaremos que Encelado ofrece algunos de los elementos clave que los
científicos anhelan en la búsqueda de vida.
En 2005 la Cassini descubrió que en Encelado hay actividad volcánica
convirtiendo a esta luna en uno de los pocos cuerpos (junto con la
Tierra y posiblemente Tritón) con vida geológica activa.
Géiseres que expelen agua helada en la zona de Encédalo. foto/Cassini/NASA |
Un año
después, en 2006, la sonda volvía a sorprender a los investigadores
mostrando enormes géiseres que lanzaban chorros de agua en el polo sur
de Encelado.
Y agua, mucha agua. Los datos enviados por la Cassini sugieren que bajo
la helada superficie de Encelado existe una alta probabilidad de que
exista o bien un océano de agua líquida o bien grandes cuevas de hielo
por las cuales fluyen ríos de agua a poca profundidad.
Así pues, y resumiendo, ¿qué tenemos en Encelado que atrae tanto a los
científicos?
Pues sumando los siguientes elementos lo sabremos: Una luna con
actividad geológica, una tenue atmósfera que hasta hace poco se pensaba
que no existía, una luna que ofrece una gran cantidad de agua que además
está a poca profundidad y que en determinados lugares aparece en forma
de géiser, y por si fuera poco, una fuente de calor interna que calienta
todo esto con una potencia mucho mayor de lo que se pensaba, llegando
incluso a los 16 megavatios.
Por todo ello durante estos años está surgiendo un número cada vez más
elevado de científicos que sitúan a Encelado como uno de los lugares más
interesantes en la búsqueda de vida. Muchos astrofísicos, como el
profesor Michele Dougherty, uno de los investigadores principales a
cargo de la misión Cassini, lo tienen claro: “Si tuviera el presupuesto
necesario y pudiera elegir la misión que yo quisiera, sin duda elegiría
Encelado”. Agua en abundancia, material orgánico y una fuente de calor…
¿Qué más se puede pedir?
Autor Javier Peláez
fuente/ MysteryPlanet.com.ar:
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