El diseñador francés Emmanuel Gilloz fué quién diseñó la primera impresora 3D de bajo costo que puede transportarse fácilmente a cualquier lugar, la FoldaRap, un dispositivo que podría ser de mucha utilidad para arquitectos, ingenieros y diseñadores.
En el futuro, los médicos podrán imprimir partes del cuerpo humano. O al menos eso es lo que esperan investigadores de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, donde usaron una impresora 3D para hacer una oreja de silicona. Los científicos esperan que a futuro se pueda usar el mismo sistema para hacer órganos funcionales.
“Si empezamos imprimiendo con plástico, es posible que podamos imprimir con materiales biológicos, para crear construcciones de tejido en tres dimensiones”, explicó Hod Lipson, director del laboratorio de Síntesis Computacional de la universidad, a la BBC.
Según dice Lipson, en el futuro podríamos tener una base de datos con un escáner de nuestro cuerpo, y si nos ocurriera un accidente, podríamos recrear cosas como huesos u otros órganos más adelante usando un sistema como éste.
Por ahora, las impresoras 3D en la medicina se ha estado probando con la fabricación de válvulas coronarias sintéticas.
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