Padre de la inteligencia artificial y la computación moderna, el misterioso visionario británico sentó las bases de algunos de los proyectos científicos más importantes de la actualidad .
Desde el día en que nació -el 23 de junio 1912 - Alan Turing parecía destinado a la soledad, la incomprensión y la persecución. Distinto a los demás, maniático, excéntrico, pero en extremo inteligente -aprendió a leer sin ayuda en tres semanas y a los 16 años ya entendía los planteamientos de Einstein-, su brillante mente fue capaz de plantear las bases de algunos de los campos científicos que hoy están de plena actualidad.
Entre sus numerosos logros, este visionario británico es bien conocido por su habilidad como descifrador de códigos en tiempos de guerra y como fundador de la informática, pero también se interesó por la botánica, las redes neuronales y la física cuántica. Con motivo del año de su centenario, la revista Nature ha publicado un especial en el que se le considera, como no puede ser de otra forma, como una de las mentes más brillantes de todos los tiempos.
Estas son algunos de los campos científicos en los que las ideas de Turing han supuesto un legado indispensable:
1- El reinado de los ordenadores:
En 1936, Turing publica su revolucionario estudio «Sobre los números computables», en el que sienta las bases teóricas de lo que será un ordenador, que él entiende como un cerebro electrónico capaz de ejecutar todas las operaciones matemáticas. También idea la Máquina de Turing, el concepto de algoritmo, base de la informática actual.
2- El desarrollo de la inteligencia artificial:
El Test de Turing es muy conocido y supone una parte muy importante del desarrollo de la inteligencia artificial, en el que la máquina no solo es inteligente, sino también sensible, lo más cercano posible a como lo es una persona. El test consiste en colocar a una persona y a una máquina en una habitación, mientras un juez se sitúa en otra. El juez hace una serie de preguntas y, según las respuestas que obtenga, debe decidir si está hablando con una máquina o con un ser humano. Ambos contrincantes tienen la opción de mentir. Ninguna máquina ha conseguido superarlo. Algunos investigadores de inteligencia artificial prefieren ignorar por completo esta prueba, ya que consideran que evalúa el «comportamiento humano» de una máquina, y no el «comportamiento inteligente». A fin de cuentas, Deep Blue, la supercomputadora de IBM, derrotó a Gary Kasparov al ajedrez en 1997 y no por eso se la considera inteligente.
3- El cerebro humano, simulado con un superordenador:
La creatividad de Turing fue impulsada por el sueño de revivir -posiblemente en el forma de un programa informático- el alma de Christopher Morcom, su primer amor y tal vez su único amigo de verdad, que murió repentinamente de tuberculosis bovina cuando ambos eran adolescentes. Quiero «construir un cerebro», dijo. Algo parecido, pero si este aura de romanticismo, intenta crear el electrofisiólogo Henry Markram. Se trata del Proyecto Cerebro Humano (HBP, por sus siglas en inglés), que pretende simular de forma realista el funcionamiento de nuestra materia gris en un supercomputador, para conocer cómo se relacionan nuestras neuronas y poder probar tratamientos contra enfermedades como el alzheimer, el parkinson, la depresión e incluso crear nuevas prótesis para personas discapacitadas. Creen que puede estar listo en 2023.
4- Patrones biológicos y piel de tigre:
Alan Turing propuso la idea de que la repetición de patrones regulares en los sistemas biológicos, como las rayas del tigre o las manchas del leopardo, son generados por un par de morfógenos que trabajan juntos como un «activador» y un «inhibidor». Investigadores del King College de Londres han proporcionado la primera evidencia experimental que confirma la teoría del gran matemático británico.
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