En esta entrevista, el ex espía revela su tránsito por la etapa más dura de su vida pero, al mismo tiempo, la más fascinante.
En la década de los
70, el Instituto de Investigaciones de Stanford realizó un protocolo que
permitiera a las personas desarrollar sus talentos psíquicos,
especialmente la llamada Clarividencia Viajera, que consiste en la
visualización de objetos distantes, en tiempo y espacio, sin usar los
sentidos. A pesar de que estos talentos fueron reportados en diversas
publicaciones, los investigadores del instituto decidieron llamar a este
cúmulo de capacidades: Visión Remota.
Tras dar a conocer
estos descubrimientos, una Agencia de Inteligencia contactó al Instituto de Investigaciones
de Stanford para financiar las investigaciones que, según datos
históricos, los soviéticos ya habían desarrollado.
La visión remota recibió varios nombres, pero el que definitivamente perduró en el tiempo fue: Project Star Gate.
Con el objetivo de
poner en práctica las investigaciones de los científicos de Stanford,
las fuerzas armadas de los Estados Unidos reclutaron a Joseph
McMoneagle: “Cuando me plantearon la posibilidad de la visión remota,
lo tomé con seriedad porque las evidencias de su existencia eran
contundentes”.
Años más tarde,
después del constante estudio y práctica de la visión remota, McMoneagle
dijo estar más convencido de la utilidad de ésta, pero también señaló
su preocupación por el mal uso que se le puede dar a estas capacidades
psíquicas: “Quizá el descubrimiento más grande en la historia de la
humanidad”.
En la entrevista,
McMoneagle relata detalladamente los últimos 30 años en los que tuvo la
oportunidad de vivir situaciones inimaginables y escalofriantes.
Sobre el tema de visión remota cabe destacar qye Eight Martinis es la primera revista especializada en el fascinante mundo de la visión remota y los programas secretos del gobierno de Estados Unidos relacionados con habilidades psíquicas.
Ingo Swann, el referente máximo en la
disicplina de la visión remota, da nombre a la revista “Eight Marinis”
con este término tomado de la comunidad de inteligencia: un resultado de
ochos martinis es un desempeño de visión remota que produce datos tan
impresionantes que estremecen la realidad y los agentes tienen que ir a
tomarse ocho martinis para recuperase de tal sacudimiento.
Ingo Swann fue parte del controversial
proyecto de la CIA, Stargate, en el cual se usaron personas con
capacidades especiales, como Uri Geller, para ver lugares remotos sin ir
a ellos, por ejemplo, Swann vio que Júpiter tenía anillos antes de que
fueran descubiertos visitando al gigante proyectando su conciencia en el
espacio.
La revista Eight Martinis trata sobre el
fascinante mundo de los programas secretos de las agencias de
inteligencia, espionaje psíquico y demás secretos.
En la terecera edición Ingo Swann es entrevistado y relata los
pormenores de sus proyectos visitando remotamente planetas del sistema
solar o reactores nucleares y propone una teoría neurológica para el
funcionamiento de algunos de sus videntes.
También entrevistan a Lynn
Buchanan, miembro del proyecto Stargate, el cual fuera investigado en el
libro “The Stargate Conspiracy”, en el que se desmenuzan los programas
secretos de la CIA y la Universidad de Stanford de visión remota, los
cuales se entrelazan con el extraño programa de canalización del grupo
de extraterrestres llamados los Nueve, en los cuales participó James
Hurtak y el científico Andrija Puharich,
y donde se sugiere que el movimiento New Age y la creencia en antiguos
extraterrestres fue plantada por la CIA y/o la misma CIA cree que existe
un grupo de entidades galácticas que se están comunicando con nosotros y
tienen un mensaje de la más alta importancia.
(vía Pijamasurf)
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