Cuatro países de la zona euro están ante una seria amenaza. Los depósitos están volando
de las entidades de España, Irlanda, Portugal y Grecia con dirección a
otros destinos más seguros dentro de la propia región comunitaria. La
creación de dos áreas bancarias, la del centro y la de la periferia,
constituye un nuevo riesgo para la unidad de Eurolandia.
"Esto
conduce a la desintegración de la zona euro y a la divergencia entre
la periferia y en centro", apunta Alberto Gallo, director del equipo de
estrategia de crédito en Europa de RBS. De esta forma se está cimentando la creación de dos bloques bancarios en la zona euro: el de los países sanos y el de los periféricos.
¿Y cuáles serían las consecuencias? La fragmentación podría hacer
más difícil la integración del sistema financiero por el que tanto
suspiran en Bruselas, además de impulsar un círculo vicioso en el que
la debilidad de los bancos ahonda el deterioro de las económico de sus
respectivos países y viceversa, destacan los expertos.
Además, la política de altas remuneraciones que están aplicando
muchas de las entidades afectadas para contrarrestar la marcha de
depositantes puede convertirse en un arma de doble filo. "Cuanto más
paguen los bancos por los depósitos, menos rentables serán sus
negocios", destaca David Powell, economista de Bloomberg LP.
Vencedores y vencidos
Se
trata de una situación que lleva meses produciéndose, especialmente en
el caso de Grecia e Irlanda, los primeros en solicitar el rescate a
sus socios europeos. Aunque el fenómeno se está extendiendo: ayer el
banco de España publicaba que solo en el mes de 30.000 millones de
euros en depósitos durante julio. La banca española sufre en julio la mayor retirada de depósitos de la era euro.
Así, y según los datos recopilados de Bloomberg, el importe total que ha salido de los bancos de estos cuatro periféricos entre julio de 2011 y julio de 2012 asciende a 326.000 millones de euros.
El grifo del crédito sigue cerrado pese a las inyecciones de liquidez
del Banco Central Europeo (BCE) y las ayudas estatales, y con la
vigente evaporación de euros, los bancos seguirán sin hacer fluir la
liquidez a la economía real. De esta forma, esta sangría supone
un nuevo escollo en su camino a la recuperación para los países en
cuestión, que se encuentran sumidos en serias recesiones económicas y
que han puesto en marcha baterías de ajustes y duros recortes.
Pero como en todas las historias de vencidos, también hay vencedores, además de una segunda lectura. Según recoge Bloomberg, hasta siete países europeos que se están beneficiando de la fuga de depósitos.
En paralelo a la salida de dinero de los bancos de la periferia, se ha
registrado una entrada de unos 300.000 millones de dólares en las
cuentas de entidades con sede en países comunitarios con mejores
condiciones económicas, como Francia o Alemania.
fuente del texto/ El Economistra
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